Pilar Rahola habla del fundamentalismo islámico en España en su último libro: “La república islámica de España”. Si bien no cuestiona ninguna religión, si se introduce en la vertiente radical que considera ha entrado hace ya unos años en el islam. La autora llega a tildar de islamofascismo al pensamiento totalitario que intenta imponerse en contra de la libertad y que cada vez más, según afirma, va ganando terreno en nuestro país. Para ella, todos aquellos que destruyen e imponen en nombre de una religión y todos los que se creen superior por ser del sexo masculino son los seres más blasfemos que pueden existir.
Además de esto, se centra en casos concretos y en historias que advierte le han sido relatadas por personas que han sufrido este fundamentalismo que por miedo no se atreven a dar sus nombres. Cita, también, nombres de condenados por acciones extremistas que se encuentran en libertad en nuestra comunidad autónoma, por ejemplo. Se inmiscuye en la financiación que habita detrás de todos estos movimientos y en la polémica sobre el uso del burka o niqab. Según Pilar, todo debate sobre la permisión o no de los gobiernos occidentales parte, simplemente, de un desconocimiento dado que el uso de las cárceles textiles no parten de una libertad individual puesto que ésta no existe en el fundamentalismo sino que tras su uso siempre hay una organización salafista que lo impone.
En él, la periodista expone lo que considera los grandes centros de radicalismo islamista por ser los más activos. Y, junto a Salt, Vilanova, Reus, Rubí, Torredembarra, Mataró, Roda de Barà, Lleida, Valls, Cambrils, Calafell, Cunit, Tarragona (epicentro del salafismo), Badalona, Santa Coloma, y Barcelona misma, se encuentra Sant Boi.
Sin duda, todo movimiento que intente destruir a otro ser no debería tener ningún adepto sino ser repudiado por todos, sin embargo, el mundo dista mucho de ser perfecto, no obstante cada día debería ser una lucha por intentar alcanzar la paz con todos nuestros semejantes y por que nada ni nadie nos alejara de ese camino. Nada ni nadie.
TAMARA GONZÁLEZ C.
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