EL AMPARO DEL DESAMPARO


Impresión. Cada vez ésta es más grande. Creo que mis ojos no se posan más de la cuenta en ese objetivo. Igual sí. Podría ser el subconsciente que tira de las riendas del pensamiento por momentos. No. Es la realidad. Los veo en los cajeros durmiendo, en el banco que hay de camino al gimnasio con la mirada perdida, hurgando en los contenedores en busca de algún hallazgo que les mejores el día y caminando sin saber adónde ir. 

Cada vez hay más. Son desamparados. Necesitan ayuda. Algunos han caído en adicciones que les hacen olvidar   cómo viven o a la inversa, las adiciones les condujeron a su presente; otros, simplemente dejan que el tiempo pase, esperando, esperando que realmente pase. 
En Barcelona y el área metropolitana, más de 8.000 familias se encuentran en riesgo de exclusión social. La ayuda para ellos es clave. Agrupaciones como la Asociación Cívica La Nau intentan hacer más llevadera la existencia de estas personas y, para ello, distribuyen productos de higiene entre las familias necesitadas. La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios de Sant Boi colabora con esta entidad para conseguir ese objetivo. 

La Nau ha conseguido que se sumen a su causa 40 empresas de la ciudad condal. El proceso parte de estas empresas que donan productos, éstos son llevados a un local cedido por la orden hospitalaria de Sant Boi y redistribuidas por la agrupación a 120 organizaciones no lucrativas que las hace llegar a las familias que requieren ayuda.
Sin embargo, aunque estas acciones que inducen a la mejora de la calidad de vida de personas que precisan amparo son loables y merecedoras de todo nuestro esfuerzo para que sigan con su labor, es difícil no considerar  lo que queda por hacer, parar toda reflexión que no conlleve el preguntarnos qué falla y que ha fallado y lo vital que es el tener medios que permitan a la sociedad resurgir con nuevas oportunidades que les garanticen un futuro digno. El que todos quisiéramos. 

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