El punto de vista de los niños no dista demasiado del de los adultos en muchos casos. A veces, pensamos que por ser pequeños no se percatan de lo que les envuelve. Nada más lejos de ello. Negar a un niño lo que ha visto, oído o percibido por cualquier otro sentido es hacerle perder su credibilidad en nosotros. Ellos conocen y avanzan en su conocimiento mucho más rápido que cualquier adulto. Parar su avance o intentar desviarlo ocultándole lo evidente no les beneficia: si nadie les puede justificar la realidad, o se informarán o se desinformarán empleando la imaginación o cualquier otra fuente que les dé respuestas.
Por el mismo filtro de visión que los adultos que compartieron esa vivencia, pasaron los hechos acontecidos el 25 de mayo: los alumnos de quinto de la escuela Ciudad Cooperativa presenciaron la salvación de una vida en el metro. De este hecho, ha surgido una carta publicada hoy en el diario Ara. Como si de un cómic se tratara, se vieron abocados al andén y sin saber el porqué, el héroe de las viñetas estaba más cerca de lo que ellos pensaban y actuó con valentía y rapidez como en sus libros. Ser conscientes de que la verdad, a veces, supera la ficción y consigue proteger y salvar a otros seres fue una lección que dudosamente olvidarán.
El ser humano no deja de sorprendernos incluso, en ocasiones, para bien.
TAMARA GONZÁLEZ C.
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