LA CAÍDA DEL MURO: MUCHO MÁS QUE ALGO FÍSICO



El sábado 18 de junio fue un día emblemático para nuestra ciudad. La historia de Sant Boi corre paralela y estrechamente ligada a la de la institución psiquiátrica que alberga. Este centro ha ocupado un lugar destacado en la historia catalana y ha traspasado fronteras, al mismo tiempo que se ha convertido en parte de la imagen de nuestra ciudad.
La decisión de derribar el muro que generaba un hermetismo entre los enfermos y el resto de la población supone un pequeño gran paso hacia el progreso en el tratamiento de los trastornos mentales. La subida de un escalón en la comprensión de que la enfermedad mental nos puede afectar a cualquier persona sin pedir permiso en su llegada.
No es la primera vez que la ciudad es pionera en sus métodos o ideas para con los enfermos: la creación de nuevos sistemas de atención que se centraban en el enfermo, las familias y la comunidad; la inclusión del hospital general en el gran parque sanitario y su intento siempre de acercar este universo son muestra de ello.
El acto estuvo cargado de emoción. Las autoridades que asistieron destacaron la trayectoria histórica del centro: el crecimeinto del hospital que llevó a crear dos secciónes -la de hombres regentada por Sant Joan de Déu y la de mujeres por las hermanas del Sagrat Cor de Jesús en 1930-; el cambio experimentado en la psiquiatría en los años 70 y 80 que ocasionó una modificación respecto a la marginación, la exclusión y el aislamiento de los enfermos en años anteriores;  la importancia que tuvo la figura del Doctor Pujades que se interesó por personas que, pese a tener un comportamiento diferente, merecían nuestra atención y no la lapidación del silencio; en la relevancia, en definitiva, que supuso la creación y el avance de la unidad psiquiátrica.
El acto estuvo acompañada de la música de la formación santboiana Casey Jones que interpretaron "Freedom" de Jimi Hendrix y "Boig per tu" canciones más que significativas en el evento. Además,  se nos deleitó con un alegro de Händel interpretado por la orquesta.
Un día simbólico de traspasar más que una barrera física, una barrera mental, una nueva manera de tratar unos trastornos que pudieran afectar a cualquier miembro de la sociedad. El ser conscientes de ello nos permite acercarnos más a la realidad, a la realidad de los enfermos, a nuestra realidad, porque al fin y al cabo es la misma y, muchas veces, no son ellos los que ven diferente el mundo sino que nosotros intentando ocultar una realidad latente tras los muros y parecemos más enfermos que cualquier enfermo.



TAMARA GONZÁLEZ CUEVAS

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